He visto unos tarados que quieren validar su existencia a través de su atractivo sexual (ni siquiera el éxito sino solo el atractivo), y la verdad que eso es bien patético y estúpido porque aún cuando obtengas el beneficio de los demás en el fondo tú no importas sino las necesidades que intentan satisfacer a través de ti. 

En realidad una persona atractiva no es querida por nadie porque para empezar no existen en la mente ajena salvo como una huella que refleja los deseos proyectados; y su ser se torna invisible, ya que todos ven y quedan atrapados en su propio deseo. Una persona muy atractiva, de hecho, está condenada a ser un maniquí que vive para las expectativas y los deseos de los demás. Por más que salgan beneficiados, ese beneficio tiene el precio de la satisfacción de los deseos ajenos, y cuando dichos deseos son intensos, o muy fuera de lugar, la frustración de no conseguirlos rápidamente se transforma en irá, indignación y venganza. 

Si, la belleza gana un lugar privilegiado en el mundo, pero el precio es la limitación de tu mente y de tu libertad.... 

Vamos, que si no cumples expectativas en ese papel, quienes te traigan coraje desquitarán con extrema irá su rencor, así que te verás obligado a callarte y simplemente sonreír y hacer lo posible para quedar bien, y tener protectores, que movido por sus deseos, te defiendan del grupo que por envidia y rencor te 

quiere destruir. 

...

La belleza desata los más bajos instintos y lo peor de la humanidad.