Después de haber tenido una vida de desenfreno sexual y depravación indomable, algunas mujeres que ya se encuentran a si misma viejas y poco atractivas físicamente, sienten que la fiesta se les acaba y les da mucho miedo de quedarse solas. 

En el fondo nada ha cambiado, siguen igual de putas, sin respetar nada ni a nadie, pero es tanto su miedo que buscan como sea engañar al imbécil que se deje para poderle sacar dinero y vivir como parásito, para después regresar nuevamente a la vida de putería y desenfreno sexual, auspiciado y pagado por un tarado. 

A esta clase de mierdas, se les ha dado por unirse a la religión no para cambiar su estilo de vida tan destructivo, sino para engañar tarados y querer quedar bien ante la sociedad, cuando, sin duda ni falta, le hará daño a los tarados que se dejen. 

Por eso mismo es que digo que esta clase de mujeres sólo se cosplayean de religiosas.

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