Las mujeres se valoran a sí mismas dependiendo de cuantos pretendientes logren acumular ya que eso garantizaba la supervivencia de ellas y sus crías en los antepasados del ser humano y en etapas tempranas de nuestra especie. Al mismo tiempo, los hombres beta sobre valoran a la mujeres y son capaces de sacrificarse, rogar, arrastrarse, soportar, permitir y fomentar lo que sea con tal de cumplirles sus caprichos, para intentar conquistarlas, ya que su instinto les exige la reproducción. Tenía sentido en nuestros ancestros evolutivos y en la era de las cavernas, pero hoy en día es un anacronismo absurdo, en el cual las personas se degradan a sí mismas para actuar como simples chimpancés instintivos.

En este vídeo explico el precio y las consecuencias negativas que tienen que pagar las mujeres, por actuar como monos salvajes y dejarse llevar por sus instintos, al valorarse a sí mismas por el número de simps que logran atraer.